A veces siento mi cuerpo cansado. No por la gran actividad, ni por la carencia, sino porque el alma es como una mochila que se lleva encima y que pesa.
Y hay gomas (llamadas ilusiones) que le sujetan para que no caiga. Pero son gomas de plástico, finas, finísimas, que se rompen también si se extiran mucho, que se quiebran si se usan continuamente... porque estas gomas, de vez en cuando, necesitan un respiro... necesitan levedad.
Necesito unas vacaciones. Vacaciones de verdad. Corporales y espirituales.
Zira
jueves, marzo 08, 2007
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